El sitio de reunión fue la casa de Sta. Cruz Cuauhtenco, Edo. de Mex, donde nos congregamos más de 100 personas, entre claretianos de distintas comunidades, familiares de algunos claretianos y laicos de la Ciudad de México y Toluca.
El momento central, lleno de emotividad y significado fue la celebración eucarística, presidida por el P. Artur Teixeira, cmf, Prefecto General de Apostolado y Visitador, quien en su homilía resaltó rasgos claretianos que alientan la vida y misión claretiana; homilía que se vio completada con el testimonio de tres de los festejados, los Pp. Arturo Cisneros y Humberto Rodríguez y el Hno. José García, quienes trayendo al momento anécdotas y pensamientos nos invitaron a dar gracias con ellos por estos años de vida religiosa.
La eucaristía también resaltó el momento de gracia que vive la Provincia, a propósito de los cambios trienales, y para esto, en el momento del ofertorio junto con el pan y el vino se presentaron las cartas de destinos y la lista total de los cambios, misma que fue leída al final de la eucaristía, para después ser entregadas las cartas de destino.
Un momento importante y significativo al final de la misa, fue la invitación que hizo el P. Provincial Enrique Mascorro López, cmf a dedicarnos a la promoción de las vocaciones para la vida misionera, dando el “banderazo” para comenzar el año de las “vocaciones claretianas”; sin duda, este lanzamiento refleja la esencia misionera de la Congregación y el deber que tenemos de ser promotores claros y directos de la vocación recibida.
Como dice la expresión coloquial, pasamos de la “misa a la mesa”, disfrutando en alegría y fraternidad un banquete amenizado por la presencia en su momento de representantes de la música vernácula, los tan conocidos mariachis, quienes llenaron el oído e hincharon los corazones de alegría.
Cierro esta reseña, refiriéndome al título; celebrar es agradecer el don recibido y la actitud agradecida debe llevarnos a proyectar este don en compromiso efectivo con la vida y los demás.